- Eficiencia Energética y Certificación Energética
El Real Decreto 390/2021 establece que sería obligatorio entregar una copia del certificado de eficiencia energética al formalizar contratos de compraventa o arrendamiento de inmuebles, además de en proyectos de construcción o rehabilitación. Este documento proporcionaría una evaluación objetiva del consumo energético y las emisiones de CO2 del inmueble. Las propiedades con certificaciones A o B tenderían a tener un valor superior en el mercado debido a su eficiencia energética, lo que se traduciría en menores costos operativos, una mayor demanda por parte de compradores concienciados con el medio ambiente, y en algunos casos, mejores condiciones de financiación. A pesar de esto, hasta el momento no existiría la obligatoriedad de considerar la certificación energética como una variable en el proceso de homogeneización de la valoración de un inmueble.
- Trazabilidad de los Materiales Utilizados
La trazabilidad de los materiales empleados en la construcción o rehabilitación sería fundamental para garantizar un enfoque sostenible. Aquí es donde los pasaportes digitales de inmuebles, que incluirían un gestor documental actualizado con los certificados de los materiales utilizados, resultarían clave. Estos documentos permitirían conocer el origen y la sostenibilidad de los materiales, lo que facilitaría una valoración precisa y alineada con los estándares medioambientales actuales.
- Resiliencia Climática y Ubicación
La resiliencia ante eventos climáticos extremos sería otro factor objetivo que marcaría la diferencia entre inmuebles. La ubicación geográfica podría exponer un inmueble a riesgos como inundaciones, olas de calor o incendios forestales. Evaluar si el inmueble contaría con medidas estructurales para mitigar estos riesgos, como sistemas de drenaje, aislamiento térmico o protecciones frente a incendios, permitiría una diferenciación objetiva y clara entre propiedades resilientes y vulnerables.
- Optimización del Consumo de Recursos Hídricos
La sostenibilidad también dependería de la capacidad de un inmueble para gestionar de manera eficiente los recursos hídricos. Sistemas de recolección y reutilización de agua de lluvia o tecnologías para la optimización del consumo hídrico ofrecerían una ventaja objetiva en términos de sostenibilidad. Estas características podrían medirse y verificarse, lo que las convertiría en un factor relevante en la valoración de inmuebles.
- Emisiones de CO2 y Huella de Carbono
La reducción de la huella de carbono sería esencial en la sostenibilidad. Los inmuebles que adoptaran tecnologías de energías renovables (como paneles solares), sistemas HVAC eficientes y materiales con baja huella de carbono en la construcción se posicionarían como opciones preferentes. Estas mejoras serían fácilmente cuantificables y verificables mediante los certificados correspondientes, lo que permitiría una evaluación objetiva en el proceso de tasación.
- Movilidad Sostenible y Acceso a Infraestructuras Verdes
La proximidad a infraestructuras de movilidad sostenible, como el transporte público eficiente o puntos de recarga para vehículos eléctricos, sería otro aspecto que podría evaluarse objetivamente. Inmuebles que facilitasen una movilidad más sostenible se alinearían mejor con los principios de sostenibilidad, contribuyendo a la reducción de emisiones y ofreciendo un mayor atractivo en el mercado.
Formación Continua en Sostenibilidad para los Técnicos de Valoración
Para que estas variables sean correctamente evaluadas en los informes de valoración, sería imprescindible que los técnicos de valoración reciban formación continua en entorno construido sostenible. Esto les permitiría aplicar de forma rigurosa los principios de sostenibilidad en sus valoraciones, garantizando que los inmuebles se tasen en función de criterios que reflejen su impacto medioambiental, adaptabilidad y resiliencia frente al cambio climático.
Cualquier información adicional que necesitéis podéis escribirnos un email a uve@v-valoraciones.es